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Arboles muertos y mucha tinta

La guerra es un infierno tropical

La guerra es un infierno tropical

Diario de un soldado

Autor: "Ernie Pike" (a) Héctor Germán Oesterheld
Colección: Vistaventuras n° 20
Edita: Indice, Buenos Aires, s.f. (circa 1957)

Cuando recién empezamos este sitio, comentamos un par de novelas que Hector German Oesterheld escribió para esta editorial, con historias habitualmente protagonizadas por personajes que habitualmente escribía en los comics (para quien no lo sepa, Oesterheld es probablemente el guionista más representativo de la historieta argentina y una de las influencias menos reconocidas en el estilo de Hugo Pratt). En general, los libros mantienen las constantes de su tono y enfoque respecto a la aventura.
En este caso puntual, tenemos una historia de guerra relatada a Ernie Pike, el ficticio corresponsal de guerra que protagonizó una serie bélica que no hubiera deslucido en las páginas de los comics de guerra que Harvey Kurtzman escribía por el mismo período para la EC Comics. La historia representa el diario de un soldado norteamericano que desembarca en una pequeña isla del Pacífico controlada por Japón durante la Segunda Guerra Mundial. Y en la que todo sale mal. El desembarco es un desastre, los japoneses cazan como moscas a su pelotón y Pestillo (que así se apellida el soldado) y sus compañeros se encuentran rodeados, extenuados y al borde de la muerte. Es ahí que, sintiéndose condenados, el grupo de soldados generan un último acto heroico que, por suerte, termina en final feliz a último momento.
Como siempre, lo interesante en Oesterheld no es la historia sino el relato. Pestillo y sus compañeros no son héroes triunfales: son unos pobres tipos que están metidos en medio de una masacre y hacen lo posible por sobrevivir y que responden como héroes más como un acto de desesperada valentía que por algo inherente en sus personas. Los tipos disparan con los pantalones bajos porque les agarra disentería, se muere gente a la que hacen lo imposible pro salvar, pierden la cabeza, se enfurecen entre sí. En síntesis, todo lo contrario de una epopeya heroica. La guerra para ellos es un infierno tropical y en cada párrafo queda explícito.
Hay al final de la novela , un pequeño cuento, La licencia de Cedric, donde un soldaod inglés vuelve a su casa y se ve envuelto en un bombardeo alemán. No está mal pero es evidentemente relleno.
El estilo de H.G.O. es pulido, terso y ágil. Las páginas se deslizan sin problema, como debería ocurrir con toda buena novela (o al menos ocn toda buena novela escrita pensando en que se lee para pasar el tiempo). Definitivamente, Oesterheld era un gran escritor popular. No por nada todo el mundo recuerda su obra pese al paso del tiempo.

1 comentario

Fabian -

!Muy bueno! Cuando hace un tiempo conoci las historietas de Harvey Kurztman, me impresiono el parecido con las de Oesterheld en Ernie Pike. Incluso tienen los dos unos episodios muy similares,supongo que por que estan inspiradas en el mismo cuento de Jack London, como Oesterheld explica en el epilogo del suyo.